María Corina Machado: una mujer invencible

María Corina Machado: una mujer invencible

José Ponte Rangel | Vancouver, Canadá

 

Ayer, América Latina ha recibido con asombro y esperanza la noticia de que el Comité Noruego del Premio Nobel de la Paz ha otorgado tan alto reconocimiento a María Corina Machado. Esta distinción no solo enaltece su lucha personal, sino que también visibiliza la profunda crisis política, social y humanitaria que atraviesa Venezuela.

 

A lo largo de más de dos décadas, María Corina Machado ha enfrentado una represión sistemática por parte del régimen chavista, primero bajo el liderazgo de Hugo Chávez y luego bajo el mando de Nicolás Maduro. Ha sido golpeada, perseguida, inhabilitada, confinada y objeto de constantes amenazas, sin que ello haya mermado su compromiso con la democracia y los derechos humanos. A través del trabajo de base y la construcción de consensos, Machado logró consolidar una mayoría social visible en los resultados de las elecciones presidenciales de julio de 2024, en las que la oposición venezolana liderada por ella y por el candidato Edmundo González, obtuvo más de siete millones de votos, a pesar de las condiciones adversas.

 

El régimen chavista, un régimen autoritario y calificado por diversos gobiernos y organismos como narcoestado, ha sido responsable de violaciones masivas de derechos humanos, incluyendo asesinatos emblemáticos como los de Robert Redman y Bassil Dacosta, así como torturas documentadas en centros de detención como El Helicoide o “La Tumba”, del SEBIN. Estas acciones han sido sistemáticas contra ciudadanos cuyo único “delito” ha sido exigir democracia y un país digno.

 

Además del sufrimiento humano, Venezuela enfrenta uno de los mayores colapsos económicos del continente, producto del saqueo institucionalizado y la corrupción estructural del Estado. Esta crisis ha generado un éxodo masivo de millones de venezolanos, obligados a huir en busca de seguridad o mejores condiciones de vida.

 

Resulta profundamente preocupante que aún existan sectores políticos e intelectuales en América Latina que, por afinidades ideológicas, continúan justificando o silenciando los abusos del régimen venezolano. El reconocimiento internacional a María Corina Machado debería ser un llamado de atención para quienes aún niegan una realidad que ha sido ampliamente documentada.

 

María Corina se ha convertido en símbolo de valentía y convicción democrática. Su ejemplo debe inspirar no solo al pueblo venezolano, sino también a las nuevas generaciones de jóvenes latinoamericanos que creen en la libertad, la justicia y el Estado de Derecho. Hoy vive en la clandestinidad, señalada como "objetivo militar" por figuras del régimen, como Diosdado Cabello. Sin embargo, su voz continúa resonando con fuerza dentro y fuera del país.

 

Que este Premio Nobel sea más que un reconocimiento: que se convierta en una advertencia moral contra la indiferencia y en un impulso renovado para la causa democrática en Venezuela y en toda América Latina.