En un tiempo marcado por el relativismo moral y filosófico y la erosión de los valores que sustentan la civilización occidental, es crucial defender los principios fundamentales que han nutrido a las sociedades libres y prósperas. Por esta razón, el Centro para las Humanidades aborda iniciativas en materia de filosofía, cultura, religión, sociedad, historia, educación y familia, entendiendo que el progreso del hombre no es una simple aspiración económica o
material, sino una potencialidad espiritual y un objetivo profundamente arraigado en la integridad moral y la cohesión social.
Nuestra misión es clara: contribuir al desarrollo de individuos libres y responsables, capaces de pensar críticamente y apreciar el valor de nuestra civilización. Desde el Centro para las Humanidades buscamos impulsar el cultivo de las virtudes, el respeto por la verdad y la preservación de las instituciones que nos conectan con el pasado, nos dan sentido en el presente y nos orientan hacia un futuro compartido.
Nos oponemos a la propaganda ideológica que busca penetrar todo ámbito de la sociedad para imponer una agenda perversa e inmoral. Trabajamos para desarrollar y proponer políticas públicas e iniciativas civiles que fortalezcan los pilares de nuestra civilización. Colaboramos con educadores, académicos y líderes comunitarios para asegurar que las futuras generaciones reciban una formación humana de calidad, libre de influencias perniciosas.
En el Centro para las Humanidades creemos que una sociedad libre depende de una cultura humana que fomente el respeto por la verdad, la búsqueda del conocimiento y la apreciación de nuestra herencia cultural. En un mundo que a menudo desprecia la tradición y la sabiduría acumulada de siglos, reafirmamos la necesidad de una base filosófica sólida y de un sentido trascendente que nos guíe en nuestras decisiones y en nuestra vida común.
El ex presidente Ronald Reagan sostenía que la libertad nunca está a más de una generación de perderse. Ciertamente, la formación en valores es esencial para evitarlo. Es por esto que el Centro para las Humanidades no es solo una institución dedicada a la reflexión académica, sino una fuerza viva que lucha por la renovación y la preservación de los valores que han hecho posible la civilización occidental.