José Ponte | Vancouver, Canadá
Una vez más, la dictadura socialista de Venezuela ataca. Parece una historia sin fin, que los venezolanos ya sufren desde hace 24 años y que, definitivamente, le conviene a unos pocos mientras afecta a millones. Se han escrito ríos de tinta sobre los desaparecidos, asesinados y torturados, no solo desde Venezuela, sino también desde distintos foros internacionales; decenas de informes de la Comisión Interamericana para los Derechos Humanos y otros tantos desde el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Sin embargo, la dictadura continúa.
Una vez más, y para sorpresa de nadie, iniciamos el año con el accionar violento y criminal que caracteriza a la dictadura socialista de Nicolás Maduro: en menos de un mes que lleva el año, han detenido ilegalmente a 32 ciudadanos de Venezuela bajo el delito de “conspiración”. Al mismo tiempo, se han detenido también a tres jefes de campaña regionales de la líder y candidata a presidente de la oposición venezolana, María Corina Machado. Vale recordar que Machado fue elegida líder de la oposición con más del 80% de los votos en las primarias realizadas el año pasado, y hoy cuenta con un respaldo popular superior al 70% en todo el país.
La dictadura socialista, muy bien amaestrada por la dictadura cubana, ha sabido manejarse con los lobbies demócratas en los Estados Unidos para lograr que el presidente Joe Biden y su administración les crean sus promesas. Hemos sido testigos de cómo la Casa Blanca, a cambio de nada, ha liberado a delincuentes de la dictadura socialista que cumplían prisión en Estados Unidos. Probablemente, el caso más escandaloso es el del narcotraficante y testaferro de Nicolás Maduro, Alex Saab, que luego de un proceso muy largo de extradición de Cabo Verde a Estados Unidos, fue liberado de un plumazo por el presidente.
Sin lugar a dudas, la política exterior de Biden hacia Venezuela debe ser de las peores en los últimos 24 años de dictadura socialista. Llama poderosamente la atención los errores constantes del asesor de Joe Biden para América Latina, Juan González: no se entiende si es por falta de conocimiento o si es que tendrá intereses distintos a los de Estados Unidos, pero su asesoramiento en el caso de Venezuela ha sido totalmente beneficioso para la dictadura socialista de Maduro. ¿Estaremos en presencia de otro Manuel Rocha? Solo el tiempo lo dirá.
Por ahora, lo que vemos en Venezuela es un intento desesperado de la dictadura por no realizar elecciones presidenciales transparentes y repetir la farsa del 2018. Luego de años de engaños y traiciones, finalmente los ciudadanos venezolanos ven una esperanza para romper las cadenas que los oprimen: el liderazgo de María Corina Machado. Sin embargo, la dictadura está lista para arremeter contra todos y con todo para permanecer en el poder ilegítima e ilegalmente.
Luego de todas las liberaciones de delincuentes que realizó Biden para, supuestamente, negociar con Maduro; y a la vista de que el dictador socialista no tiene ninguna intención de cumplir su palabra -tal cual se presuponía- la pregunta para el presidente Biden es: ¿y ahora qué?